Su nombre botánico es Allium sativum, y se consume tradicionalmente en muchas partes del mundo por motivos de salud.

Es uno de los primeros ejemplos de plantas, con usos documentados, utilizados en el tratamiento de enfermedades y mantenimiento de la salud.

El ajo registra su aparición en la historia en un pasado remoto, su presencia ya se registró en la época de las pirámides egipcias y los templos de la antigua Grecia.

Hay referencias bíblicas y en textos médicos de la antigua Roma, China e India, donde se prescribió por sus aplicaciones saludables, higiénicas e incluso religiosas.

Es interesante ver cómo estas culturas que nunca han estado en contacto llegaron a la misma conclusión con respecto al uso del ajo en el tratamiento de diversas enfermedades.

En diferentes culturas, el ajo se administró para proporcionar fuerza y ​​aumentar la capacidad de trabajo de los trabajadores, y se recomendó a los atletas olímpicos en Grecia para mejorar su rendimiento.

Hipócrates, ampliamente reconocido como el padre de la medicina, recomendó el ajo como:

  • Laxante, como remedio para parásitos y como diurético.
  • En el siglo XIX, Louis Pasteur estudió sus propiedades antibacterianas y descubrió que era eficaz contra algunas bacterias resistentes a otros factores, lo que indica que el ajo es capaz de matar al temido Helicobacter pylori.

Propiedades científicamente probadas del ajo.

  • Las propiedades antisépticas del ajo se confirman con la disminución del cólera en 1913.
  • Numerosos médicos de las dos guerras mundiales lo utilizaron para tratar heridas de batalla y en Rusia se lo conoció como la «penicilina rusa», porque los médicos lo utilizaron durante muchos años para tratar enfermedades del tracto respiratorio, y aconsejaron a los niños inhalarlo junto  a otros compuestos.
  • Su ingrediente activo llamado alicina es una sustancia grasa e incolora.

La mayoría de los beneficios para la salud derivados del ajo se deben a sus 100 y más compuestos de azufre. Cuando el diente de ajo se tritura o se mastica, uno de estos compuestos se convierte en alicina, el químico responsable de su olor característico y sus efectos terapéuticos.

Actualmente, el ajo se usa como un suplemento dietético para muchos propósitos, entre ellos, reducir el colesterol, disminuir la presión arterial alta, los resfriados, para ayudar a mantener altas las defensas inmunitarias, contra las infecciones comunes...

El Instituto Nacional del Cáncer reconoce que el ajo es uno de varios vegetales con una posible propiedad anticancerígena.

Es necesario recordar que las personas que toman anticoagulantes, o que tendrán que someterse a una cirugía, deberán informar a su médico que están tomando suplementos de ajo, ya que este último adelgaza la sangre y aumenta el riesgo de sangrado o hemorragia, también durante El embarazo y la lactancia es una buena regla evitar el consumo excesivo de esta planta.

Por estas razones siempre te invito a contactar personas especializadas!

Con su permiso, me gustaría dedicar este breve artículo a alguien muy querido para mí … mi querido abuelo paterno que falleció a la edad de 98 años, quien me enseñó de niño que su única «medicina para todo» era ajo … y nada más !!!

Dra. Laura Nardi

POSTED BY Consejos Herbolario Enebro | Ago, 22, 2019 |