El cabello está expuesto todo el día a factores externos, especialmente durante el verano, cuando el sol, el cloro de las piscinas, la sal del mar y el viento los estropean visiblemente.
Incluso el invierno, tiene efectos negativos en el cabello, ya que es agredido por el frío, la humedad, los contrastes de temperatura (¡no es nuestro caso en Tenerife!)…e incluso, por los calentadores que secan el cabello.
Si no prestamos suficiente atención en cuidar y nutrir el cabello durante los meses de verano, con certeza nos encontraremos en otoño con un cabello seco, arruinado y poco brillante…
Para garantizar un cabello sano y bien nutrido, debemos adoptar una serie de cuidados, utilizando productos adecuados como champús suaves y máscaras nutritivas, pero si esto no es suficiente, entonces es cuando es necesario asegurarse de que el cabello también reciba todos los nutrientes necesarios a través de la alimentación.
Veamos más concretamente de qué se debe alimentar:
La vitamina A, esencial para la producción de queratina, una proteína esencial para un cabello sano y brillante.
Las vitaminas del grupo B, como la biotina, que ayudan a detener la caída, estimulan el crecimiento y fortalecen el cabello.
Vitamina C, fuerte antioxidante que protege contra los radicales libres y evita las puntas abiertas.
Vitamina E, que promueve la circulación y crea nuevos tejidos.
Además de las vitaminas, el cabello también necesita minerales como Hierro (muy importante para evitar la caída), Magnesio, Azufre y muy importante, el Silicio (mineral clave para el crecimiento del cabello, las uñas y para fortalecer los dientes y las articulaciones).
En cuanto a la dosificación de cada vitamina y mineral, es bueno contactar con naturópatas o expertos en el sector, pero sin duda debemos comenzar agregando a la dieta los alimentos necesarios. Veamos cuáles son:
Espinacas o verduras de hoja verde en general, ya que son ricas en vitamina C, ácido fólico y minerales, especialmente hierro: su deficiencia se asocia frecuentemente con la pérdida de cabello.
Legumbres como lentejas, garbanzos, frijoles y guisantes, que tienen proteínas, hierro, zinc y biotina, capaces de fortalecer el folículo piloso, evitando que se rompa y ayudando a reparar el cabello debilitado.
Ácidos grasos omega 3: Ayudan a nutrir y lubricar los folículos pilosos, a fin de aumentar la elasticidad y el brillo del cabello, estimular el crecimiento y evitar el problema del cuero cabelludo seco que produce hormigueo y descamación. Estos ácidos grasos se pueden encontrar en pescados azules como el atún, las sardinas, la caballa, o puedes tomar una dosis extra a través de un buen suplemento certificado.
Huevos: tienen un alto contenido en vitamina B12 y biotina, que ayudan a evitar la caída del cabello y a obtener más brillo.
En particular, la yema del huevo es rico en grasas naturales que ayudan a obtener un cabello fuerte y con aspecto saludable.
Los cítricos como los limones, las naranjas, los kiwis, también las fresas y los pimientos, tienen una alta concentración de vitamina C, necesaria para la producción de colágeno, para estimular el crecimiento y evitar las puntas abiertas del cabello seco.

DRA. LAURA NARDI – PROFESIONAL TITULADA EN NATUROPATÍA

TAGS : alimentación y vitaminas Salud del cabello
POSTED BY Consejos Herbolario Enebro | Jul, 27, 2018 |